Rommel PICHARDO

En los últimos minutos del jueves 26 de septiembre de 2024, el empresario Roberto N., originario de Xalapa, Veracruz, fue secuestrado mientras comía en la taquería «Gran Avenida», cerca de la Unidad Santa Cruz, en Chiautempan. Los agresores le dispararon en una de sus piernas para someterlo antes de llevárselo por la fuerza a bordo de una camioneta CRV, con rumbo a la Vía Corta.

Este hecho se suma a la preocupante escalada de violencia que ha afectado al estado de Tlaxcala a lo largo de este año, con un aumento significativo en la incidencia de asaltos, robos, secuestros y asesinatos. Las cifras de criminalidad han crecido de manera alarmante, generando temor en la población, que ha sido testigo de un recrudecimiento de la inseguridad, incluso en zonas que históricamente eran consideradas tranquilas.

Asaltos violentos en plena vía pública, robos a mano armada, asesinatos y secuestros como el de este empresario, son parte de una ola delictiva que parece no tener freno. Los ciudadanos reportan un clima de creciente inseguridad, mientras las autoridades intensifican operativos para frenar el crimen. Sin embargo, los eventos recientes reflejan la complejidad de la situación, que ha golpeado a municipios como Chiautempan, Huamantla y Apizaco.

En este caso, la zona fue rápidamente resguardada por elementos de la Policía Municipal, Policía Estatal, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de Justicia del Estado. Las autoridades ya trabajan en la recopilación de videos de seguridad y testimonios para tratar de identificar a los responsables de este violento secuestro.

Este incidente pone de relieve la urgente necesidad de fortalecer la seguridad en Tlaxcala, ya que la ciudadanía vive en medio de una creciente sensación de vulnerabilidad. Mientras tanto, las investigaciones continúan para dar con el paradero de la víctima y sus captores.

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